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Comentarios que no se deben de hacer en un funeral.

Hoy me he levantado un poco trasgresor después de este fin de semana tan largo (aquí hubo fiesta ayer) y he decidido colgar esta entrada, que se me había ocurrido la semana pasada. Siguiendo la línea de los comentarios que no se deben hacer nunca en una boda esta vez les toca el turno a los funerales. Ya se que el tema en principio podría no tener mucha gracia. Pero no vamos a negar que, incluso en las situaciones más difíciles, muchas veces somos incapaces de aguantarnos un comentario. O una broma. También depende de la cercanía que uno tenga con la familia. Pero, para desdramatizar, nunca va mal una pizca de humor. Aunque sea negro. Una buena ocurrencia sería colocarse en el móvil el tono de “no estaba muerto, estaba de parranda” (no me he podido resistir a hacer el chiste) y hacer que te llamaran en medio de la ceremonia. Pero, como no sería de muy buen gusto, lo mejor es censurarlo. Así como los siguientes comentarios. Si habéis tenido una experiencia cercana, o no os hace gracia el tema, no sigáis leyendo.

  • “¡GOOOOOL!”
  • “Que maquillador más malo. Le ha dejado cara de muerto”.
  • “En esta tierra crecerían bien las patatas”.
  • “Con un carrete de hilo se podría hacer una marioneta”.
  • “Que aburrimiento. Esto está muerto”.
  • “Le acompaño en el sentimiento. ¿Podía devolverme los 60 euros que me debía?”.
  • “¿Hacemos apuestas para ver quién es el siguiente?”.
  • “Si lo se no vengo. No me ha dejado nada de herencia”.
  • “Y eso que decían que siempre se iban los mejores”.
  • “Metedle el móvil dentro, por si se despierta”.
  • “Un poco más de alegría, que esto parece un entierro”.
  • “Con lo que le gustaba la bebida con acercarle el mechero ya se incinera”.
  • “Teníamos que haber traído flores de plástico. Éstas están muertas.”.
  • “En otros lugares del mundo esto sería una fiesta”.
  • “¿Cómo meterán las cenizas en la urna? ¿Con un aspirador o con una escoba?”.
  • “Yo no noto la diferencia. Siempre había sido muy callado”.

Supongo que al menos habréis esbozado una sonrisa. Siempre está bien reírnos de todo cuanto pasa. Es la mejor manera de combatir los problemas. Y la muerte no debería ser una elección. Y que conste que tampoco es que me haga demasiada gracia el tema.
Un saludo!


Comentarios

4 comentarios

Tsuki

Pues a mí me han hecho todas bastante gracia, pero seguramente será entre otras cosas porque odio los funerales y toda la «pompa» que va junto a ellos.

Sólo (gracias a diox) he asistido a 2 en mi vida de familiares cercanos y he acabado hasta las santas narices.

Que si el «velar» al muerto, que si los autobuses de gente llegando al tanatorio para darte una palmadita en la espalda…

Me parecen esperpénticos y una tirada de dinero.

Yo cuando me muera, quiero que me incineren cuanto antes y me «esparzan» por un sitio bonito.
Si la gente quiere decirme un último adiós para tener un recuerdo de mí, que le pidan a mis familiares que le manden una foto al email.

Así que te han quedado unas gracias muy simpáticas, que puede que yo hubiera agradecido de alguien cuando estuve en esas situaciones. (De hecho, en el segundo cementerio al que fui que yo tendría 16 años, me lo pasé jugando/tonteando con un primo lejano que me encontré por ahí).

Enfín, perdona la chapa, saludos !

Iván

No es ninguna chapa. Me parece interesante.
Yo tampoco es que haya asistido a muchos funerales. Y me dan algo de pánico los cementerios. Y estoy totalmente de acuerdo contigo en lo que respecta a la pompa y al despilfarro que supone la ceremonia. En un entierro los asistentes se dividen en dos: en los familiares cercanos ( que son los que sienten la pérdida) y en la gente que va por puro compromiso. Y son éstos los que acaban siempre haciendo algún chiste, aunque creo que no tan burros.
Y yo siempre he pensado que desearía que no me invitaran ni a mi propio entierro. Lo de las cenizas es una buena idea. Mejor recordar la memoria y no un monumento de piedra.
En las invitaciones haré que impriman:
«Espero que no me hayáis invitado».

Javier Menéndez Llamazares

Muy agudo… Desde luego, los sesenta euros no te los devuelven ni en bromas, pero seguro que el banco en el que tuviera hipotecada su vida no iba a tener ningún pudor en reclamar deudas, bienes, y hasta una indemnización por la pérdida de un pagano. O sea, que la cortesía que vale para nosotros no cuenta para Botín, por ejemplo.
Muy bueno el post, me he reído mucho. Espero no tener pronto un funeral, no se me vaya a escapar la risa nada más entrar.

Iván

Espero que no tengas ninguno. No dejan de ser unas malas noticias.
Las deudas son como la ropa de los hermanos: acabas heredándolas. De eso no hay duda. Pero, ¿que culpa tendrá la viuda? O el viudo, vaya.
Me alegro que te hayas reído. Lo bueno del ser humano es que es capaz de reírse de cualquier situación. ¿Hay algo más sano?


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