Prioridades.
«Empiezo a echar de menos a mi ex mujer y a mis hijas», pensé. Pero decidí resistirme a ese sentimiento retomando las tareas de la casa. Crucé el dormitorio esquivando la pila de calzoncillos y me dispuse a recoger el comedor. Platos sin fregar en una semana, restos de pizza, una pila de papeles sin archivar… Y entre ellos una antigua nota en letra de mujer. “Te quiero, cariño”. Las palabras humedecieron mi rostro recordando el suyo. “Tengo que llamar a mi ex mujer”, me dije. Pero el timbre interrumpió mis pensamientos. Tras abrir la puerta apareció mi imponente vecina con un diminuto tarro entre las manos. “Ya la llamaré mañana”.
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No me conoces de nada, pero este relato define mi situación actualmente. Como echo de menos a la persona que amo, pero como me olvido de él cuando estoy con el hombre que empiezo a querer.
besos
Que complicado que es el corazón, princesa. En el fondo es tan inconformista como el resto de nosotros. Y lo que más le aterra es la soledad. Al fin y al cabo es lo que más nos marca cuando nos dejan.
Ánimo. Espero que estés animada. La alegría no está donde la deseas si no donde la encuentras.
Un beso!
La cosa es saber optar por lo mejor y no arrepentirse luego…
Si realmente se pudiera saber jamás nos tropezaríamos, Alexis. Sin embargo es necesario equivocarse para acertar en la siguiente ocasión.
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