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Empareja2 (17) – Relaciones laborales (parte 2).

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La conversación continuó fluyendo por temas laborales. Pedidos, facturas, páginas web pendientes que eran incapaces de abarcar siendo tan solo dos personas en la minúscula empresa… Thaïs le comentó a Sergio la idea de contratar a alguien más aunque todavía se le escapaba del presupuesto destinado a personal.
-¿Crees que podrías tener a más gente con el sueldo que me pagas a mí? -preguntó Sergio masticando un bocado de su entrecot-. No puedo quejarme del dinero. Y si metieras a alguien más …
-Puedo reducirte el sueldo para abaratar los gastos -cortó Thaïs riendo, enfrascada en buscar supuestas espinas en su bacalao con tomate-. No. Ya te he dicho que de momento es solo una idea. Los pedidos pendientes pueden esperar. Acabaremos lo más urgente y después nos dedicaremos a ello -hizo una pausa para saborear el pescado, aún con cierto temor a pincharse las encías-. ¿Por qué me tenías miedo?
-Tampoco era miedo -Sergio notó como los colores volvían a aflorar a su rostro. Pensó rápidamente en como desembarazarse de la pregunta, aunque sin éxito-. No era miedo… Solo… Vergüenza.
-¿Vergüenza? -repitió Thaïs añadiéndole énfasis a la palabra-. ¿Vergüenza? No te imaginaba tan vergonzoso.
-Pues lo soy con quienes… Me intimidan.
-¿Yo te intimido?
-Un poco.
-Si nunca has parado de meterte conmigo.
-Supongo que es una manera de defenderme. Suelo utilizarla para alejar a la gente.
-Así que querías alejarme -Thaïs bajó la mirada por un segundo enarbolando una sonrisa pícara. De repente alzó los ojos, acercando la cabeza hasta Sergio, que la miraba petrificado-. Pues parece que no te ha funcionado. Ahora estoy mucho más cerca.
-¿Crees que ésa es la actitud que tiene que tener una jefa? -se defendió Sergio. Dejó los cubiertos cruzados sobre el plato a medio acabar acercándolo unos centímetros al centro de la mesa-. Vas a conseguir que presente la dimisión. O te denuncie por «mobbing»
-Perdería a mi mejor empleado -dijo Thaïs retomando su postura. Comió un último bocado y apartó también su plato-. Hora del postre -el camarero, leyendo sus pensamientos, vino hasta la mesa trayendo la carta de los dulces-. ¿Y por qué te intimido? ¿Ha sido desde siempre?
-Supongo que sí. Desde que nos conocimos aquel día siempre me has causado impresión. Quizá no esté acostumbrado a las chicas tan lanzadas.
-Perfecto. Paso de dar miedo a ser lanzada. Contra la pared, supongo.
-No te pongas así. Sencillamente tendría ideas preconcebidas de ti. Marta me ha contado tantas cosas…
-¿Qué te ha contado? -Thaîs volvió a adoptar la posición de colegiala desangelada. Sergió lamentó haber metido a su novia dentro de la conversación-. Nada bueno, seguro.
-Sabes de sobra que eres su mejor amiga. ¿Por qué tendría que contarme algo malo?
-Te habrá dicho que soy una buscona, una zorra, una «levanta novios»…
-Algo parecido -admitió Sergio riendo-. No. Es broma.
-Puede que sea cierto que siempre le quitase los novios. Aunque también podría decirse que preferían venirse conmigo. No sé que les doy -«puedo imaginarlo», pensó Sergio echando un rápido vistazo al escote de Thaïs, que se adivinaba sugerentemente bajo los pliegues de su camisa blanca-. Pero no se los robé todos.
-¿Cuántos te quedaron? -preguntó Sergio con curiosidad-.
-Solo tú.
El silencio se apoderó de la conversación, volviéndose incómodo para Sergio. Thaïs parecía divertirse con la situación, aunque decidió no incidir en la herida recién abierta. Al cabo de unos segundos el camarero vino trayendo lo que habían pedido: flan con nata para él y un pedazo de tarta de frutas del bosque para ella. Thaïs hundió la cuchara en su pastel, metiéndose un generoso trozo en la boca. Sergio, apartando los malos presentimientos de la cabeza, que le incitaban a abandonar el tema, decidió meterse de cabeza en el barro.
-¿Por qué no lo intentaste conmigo? ¿No soy tu tipo?
-No es eso.
-¿Entonces? ¿No merezco la pena?
-Tampoco -Thaïs disfrutaba haciéndose la interesante al tiempo que jugueteaba inocentemente con su pastel-.
-Pues no lo entiendo -Sergio se dio por vencido y decidió cambiar de tema. Aunque la duda comenzaba a corroerle la imaginación-. ¿Tienes a alguien en mente si decidieras aumentar la plantilla?
-Pues no sé. Supongo que pediría personal a alguna ETT. O, incluso, al INEM. Es una idea que me ronda la cabeza por lo que no se me ha ocurrido todavía como llevarla a cabo.
-En mi otro trabajo tenía dos compañeros que también sabían bastante de diseño -Sergio se sorprendió al pensar en Miguel y Ángel. Sobre todo cuando le dio la sensación de no haberles visto en años-. Si en algún momento te interesa puedo hacerles una llamada y ofrecerles el puesto.
-Lo pensaré -Thaïs rebañó el plato con la cuchara, lamiéndola sin ningún pudor-. ¿También te dedicas a los recursos humanos?
-Alguien tiene que contratar a gente decente.
-Tú ya eres bastante decente. Mucho más que yo.
-Yo no creo que sea así. No te conozco demasiado pero estoy convencido de que eres una persona de fiar.
Un nuevo silencio se adueñó de ambos acompañando al vacío del comedor, que progresivamente se había quedado sin clientes. Thaïs lo rompió al cabo de un par de minutos, dispuesta a hacer una confesión.
-¿Sabes por qué no intenté liarme contigo? -Sergio negó con la cabeza sujetándose disimuladamente el corazón con la mano derecha-. Eras tan importante para Marta que le hubiera destrozado para siempre la vida. Solo hablaba de ti: de lo guapo que eras, de lo bien que te portabas con ella, de cuanto te quería… Jamás le había visto así con ningún otro chico. Y la vi con unos cuantos -una punzada de celos sustituyó momentáneamente al mar de nervios que había inundado el estómago de Sergio-. Es tan feliz contigo que no me hubiera perdonado destrozarle esa felicidad. Jamás me metería entre vosotros dos.
-Yo tampoco me dejaría -comentó Sergio convencido de su mentira-.
-Eso te honra. Marta también sería incapaz de liarse con otra persona.


Comentarios

6 comentarios

Relaciones laborales en Empareja2... | Aletreando

[…] Siguiente. […]

Lucía

Jajajaj, pobre Thais …

Si al final va a resultar que es una inocentona.

Iván

No sabría que decirte, Lucía. Con ella mejor no fiarse completamente.

Ilion

Hacía días que no tenía tiempo de comentar…

XD Creo que Thais quiere ganárselo, simplemente, cambiando de táctica…

O eso, o es una «mala buena» 😉

Besos, Iván, me encanta empareja2

Iván

A mí me despista también, Ilión. Y eso que la creé yo. Aunque está viva, como si realmente se escribiera a sí misma. Cada vez me gusta más y está pasando de secundaria a semi-protagonista.
Me alegro de que te guste empareja2. Es todo un orgullo.
Un beso!

Isa

Uy uy uy yo creo que esta Tais tiene un As debajo la manga,no creo en tanta amistad,sino porque coquetea tanto,ya se le podria haber clavado una espina de bacalao en la garganta y haberse quedado muda…. porque Sergio tampoco me da muy buena espina,seguro que tenia la servilleta a una altura un poquito alta ya,ja ja ja
Isa


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