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Relato: asesinato literario.

No cabe duda: está leyendo uno de mis libros. Curiosamente el que menos se ha vendido. Ya me dijo mi editor que no era buena idea matar a la mujer del protagonista con la simpatía que había conseguido entre los lectores, pero no quise hacerle caso. Como siempre. Él tiene visión para los negocios y yo… Yo no tengo visión para nada.
Acaba de pasar otra página y le deben de quedar treinta o cuarenta para el final. Parece que está realmente cautivada con el libro por que le presta toda la atención, ausentándose del alboroto de este vagón de tren. Sus ojos continúan fijos en las líneas de tinta que con tanto sudor conseguí arrancar de mi cabeza. Esos ojos por los que, ahora mismo, daría cualquier cosa con tal de mirarlos de cerca. Y esos labios que se deben de mover como dos trapecistas sobre la cuerda floja de unos dientes perfectos. Pelo castaño, ni corto ni largo, y ligeramente arqueado hacia adelante, manteniendo la defensa ante cualquier impresentable que ose acercarse. ¿Me atrevería yo a decirle algo? No. Es demasiado interesante para un simple plumilla con aspiraciones de escritor. Pero es tan preciosa… ¡Decidido! Me acercaré y le diré algo. ¿Qué es lo que puedo perder? ¿La dignidad? ¿Una lectora? Apenas tengo ya de ambas y por un poquito menos…
-Perdona -digo acercándome hasta su asiento. Levanta los ojos del libro y me mira tratando de fusilarme con ellos. Y ya lo creo que me fusila, pero sólo a mi corazón-. Veo que estás leyendo un libro de Cardoso.
-Estaba -dice sin disimular su enfado-. Ahora parece que estoy hablando contigo.
-Es que -titubeo-… Casualmente… Soy el autor.
-¿Eres Cardoso? -pregunta sorprendida-.
-Así es -saco mi carnet y se lo enseño sin pudor. Como odio ser tan creído-. El mismo que viste y escribe. Te he visto leyendo mi libro y pensé que quizás… Querrías que te lo firmase.
-¿Y por qué iba a querer eso?
-No sé -sigo titubeando-. Normalmente me piden que los firme.
-¿Después de haber matado a Marta tienes el valor de ofrecer tu firma? Eres un desalmado.
-Pero -¿cuáles eran mis argumentos para el asesinato literario? Ah, sí-… Sergio necesitaba libertad para continuar con la trama y la mejor manera de conseguirla era esa. Sé que cuesta desprenderse de un personaje cuando le coges cariño pero era necesario.
-¿Necesario? -pregunta elevando el tono. El resto del vagón se calla mientras observa nuestra discusión-. ¿Ves necesario acabar con la vida de la gente? No tienes corazón. Ni la calidad necesaria para aguantar un relato sin matar a alguien cada veinte páginas.
-Pero -¿y yo ahora que digo? ¿Le pido perdón por acabar con un personaje? Las historias son mías y yo decido que hacer con ellas-… Ya te digo que era necesario. Quizá no lo entiendas pero cuando escribes necesitas mantener la tensión para que el lector no se aburra y siga prestando atención a lo que lee. Sólo los escritores sabemos como tramar el hilo de…
-¿Me estás llamando idiota? -idiota no sé pero impertinente quizás-. ¿Crees que soy una imbécil por no comprender tus absurdas historias?
-Yo no he dicho eso.
-Pero lo has insinuado -¡no lo he hecho!-. Y seguramente tengas razón: soy una imbécil por haberme gastado el dinero en esta basura -tira el libro al suelo, recoge su bolso del asiento contiguo y sale del tren, recién detenido en Sants Estació-. Puedes quedártelo y plantarle todas las firmas que quieras. Seguramente engorden un poco más tu ego.
Recojo el libro del suelo y vuelvo a mi asiento, con todas las miradas clavadas en mi persona. Siento los cuchicheos pero no me importan. Me resultan ajenos. La desilusión del rechazo ha sido muy profunda, aunque… No. Mi autoestima es la que ha sufrido más daño. En este momento, mientras abandono la estación de Sants en un tren abarrotado siendo el centro de las miradas, me juro a mí mismo: nunca más despreciaré los consejos de mi editor.


Comentarios

9 comentarios

ReChalado!

Que bueno hubiera sido un final con la siguiente frase: «Estos son los momentos en que quiero seguir el mismo camino que la mujer del protagonista, dándole libertad a mi autoestima» o algo asi, bueno… creo que tengo el mismo problema del narrador de tu relato… me gusta matar a los personajes 😛

Juan

Atrapante tu historia.
Felicidad
Juan

P:D.: Te espero en mi blog.

pilyboop

Muy buen relato, por un momento pensè que le iba a soltar una bofetada..  jeje

La última entrada de pilyboop cuando publicaba el comentario: En la variedad está el gusto

Ilion

A mí es que la chica en cuestión me ha caído tan rematadamente mal… que vamos, no me importaría que la matases.

La última entrada de Ilion cuando publicaba el comentario: Encaje de bolillos

Iván

Rechalado, me da la impresión de que eres un escritor asesino… Aunque sólo sea de personajes. 😉 A mí no me gusta liquidar a mis creaciones. Cuesta tanto montar un perfil convincente que acabar con él de un plumazo no resulta rentable. Aunque cuando te roba el protagonismo…

Gracias, Juan. Intentaré visitarte cuando tenga una conexión estable.

Y seguramente se la merecía, Pilyboop. Habrase visto semejante escritor asesino. 😀

Voy afilando la pluma, Ilion. Si hay que liquidar se liquida. Todo sea por la audiencia. Me parece que el escritor Cardoso se va a hacer habitual del blog. Le he cogido cariño (y un poco de antipatía).

Isa

Menuda amargada,eso le pasa al escritor por querer ser amable,ves como estamos rodeados de personas agresivas?,a esta seguro que hacia años que no le….bueno paso imaginatelo.
Me ha dado pena el escritor,y tú Iván de donde sacaste tanta mala leche para escribir a un personage de esa manera?
En fin como siempre fenomenal,eres un hacha.
Isa

La última entrada de Isa cuando publicaba el comentario: RISAS EN TV

lupe

Estupendo relato, y Cardoso un presuntuoso, o muy poco don de gentes.¿Cómo se le puede entrar así a alguien, y más interrumpirla cuando está leyendo?
Un saludo

La última entrada de lupe cuando publicaba el comentario: LA TELEVISIÓN Y YO

Lucía

Espero que ese relato asesino no tenga nada que ver con Emparejados, a pesar de la coincidencia en los nombres de los personajes,jeje.

La última entrada de Lucía cuando publicaba el comentario: PREMIOS BITÁCORAS 2008

neruda

Oye!!! voy a empezar a preocuparme… desde que empecé a leer tu blog creo que es la primera vez que has dejado de publicar, y eso es, cuanto menos, preocupante… Espero que no sea por nada malo… Un besazo
Por cierto, la historia muy buena, como de costumbre…

La última entrada de neruda cuando publicaba el comentario: También existe luz….


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