Secretos de la policía – relato.
-¡Arriba las manos!
-¿Perdona?
-¡Que levantes las manos!
-Pero… Soy policía.
-¿Policía?
-Sí, mira… ¿Por qué tengo que levantar las manos?
-Por que también soy policía. Y tengo otra placa. Pero… Tú no pareces uno de los nuestros.
-Es que soy secreta y se supone que no lo tiene que saber nadie.
-¡Coño! ¡Igual que yo!
-¿También? De qué graduación?
-De la mejor de todas: la del 93.
-No puede ser. También yo me gradué ese año y no te conozco.
-Martín, alias el «Pantera Rosa». Era bastante conocido en la academia gracias a mis dotes de camuflaje.
-Tan conocido que eras amigo mío. ¿No te acuerdas de Josechu?
-¡»Mortadelo»! ¡Cuanto tiempo!
-Que raro que no nos hayamos conocido con la de años que estuvimos juntos…
-Es el problema de ser secreto. Ni tu mujer te conoce.
-Y tanto. Por cierto, ¿qué le dices a la tuya para que no sepa a lo que te dedicas?
-Que tengo un amante. Pero no me cree.
-¿Y eso?
-Dice que ninguna otra mujer sería capaz de fijarse en alguien tan idiota. He vuelto de trabajar apestando a perfume, escondiendo unas bragas dentro de mi chaqueta, pintándome carmín en el cuello…
-¿Ni lo de las bragas te ha funcionado?
-Es que… Cogí unas suyas y se dio cuenta.
-Vaya. El caso es que a mí me pasa algo parecido.
-¿Dices que tienes un amante para que tu mujer no sepa que eres policía secreta?
-Yo me busqué otra excusa. Le digo que soy un borracho y que me tiro horas sin salir del bar.
-Pero… Estando de servicio no podemos beber.
-Por eso siempre me pilla. Y, encima, soy abstemio. Pero fue lo primero que se me ocurrió y si cambio de estrategia seguro que averigua mi secreto.
-Vaya trabajo tan complicado que tenemos.
-Y desagradecido. Nos llevamos siempre lo peor de la policía. Con lo que impone el uniforme…
-Y lo fácil que es saltarse los semáforos con el coche patrulla…
-O el morbo de quitarle una multa a una mujer atractiva…
-Vamos a dejarlo aquí no sea que me deprima. Y si vuelvo triste a ver como convenzo a mi mujer de que estaba con mi amante.
-¿Sabes que estaría bien? Que ellas también fuesen policías secretos. Así no tendríamos que fingir.
-Quizá lo sean sin que nosotros lo sepamos.
-No lo creo.
-Pareces muy seguro.
-Es que son demasiado tontas como para entrar en el cuerpo.
Un secreto bien vale un voto.
Comentarios
2 comentarios
Jajajaja… me ha gustado mucho, desde el principio estaba pensando que eran ellas las que tenían que ser de la secreta, los hombres ni se enterarían ya que ni siquiera estarían en casa y estarían tan ocupados pensando una excusa para su trabajo que no se preguntarían que hacen ellas en sus casas.
La última entrada de Capitana cuando publicaba el comentario: Un dios mortal…
Es que seguro que son ellas las secretas,los tontos ellos,si es que se les puede engañar como se quiere a un hombre,infelices…jaja
Isa
La última entrada de Isa cuando publicaba el comentario: PORNOGRAFÍA INFANTIL;NO!!!!!
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