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Apuestas en el bar – Situaciones cotidianas.

-¿Qué te apuestas?
Las tres palabras más desencadenantes de desastres sonaron en el bar arrastrando hacia la mesa de aquellos dos hombres toda la atención de los clientes.
-Lo que quieras.
-Cincuenta euros a que no eres capaz de besar a la primera mujer que cruce la puerta del bar.
-Hecho.
Con un efusivo apretón de manos sellaron el pacto de caballeros y el apostante, sin armadura ni corcel, cruzó el tugurio en busca de una improvisada dama. De repente se hizo el silencio cuando una mujer, conocida de sobras por la clientela, cruzó la puerta sorprendida ante tanta expectación. El hombre se echó sobre ella y le plantó un pegajoso beso en los morros, exclamando después:
-¿Qué pensabas? ¿Que no me atrevería por que era tu mujer?

Apostaría por la final… Pero aún hacen falta más votos.


Comentarios

3 comentarios

camdem

Esas son las tres peores palabras que se pueden decir a un hombre. Somos demasiado manejables…

La última entrada de camdem cuando publicaba el comentario: El hombre del piano

Capitana

Ufff… yo no quiero que me digan esa frase nunca más, no sé porqué, pero tiende a acabar mal, si es que las personas somos la peor. La última vez que me lo dijeron tenía algo que ver con el tequila, hecha cuentas, ya no he vuelto a probarlo, con lo que a mí me gusta…

La última entrada de Capitana cuando publicaba el comentario: Palomita blanca

Iván

Esa y: «¿nos tomamos la última?». Tontos y sugestionables, Camdem. Que le vamos a hacer…

Mmm… Suena a mala experiencia, Capitana. El Tequila remueve el estómago con más facilidad que un puñetazo en la tripa. Yo decidí dejarlo…


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