Sil, del blog de famosas, me envía un meme curioso, de esos que me gusta seguir de vez en cuando. Y ya que no tenía pensado publicar nada hoy me voy a animar a hacerlo, ganando un poco de tiempo mientras termino unas historias que no acaban de salir. Así que aquí van mis siete cosas más extrañas.

-Soy un poco friki. Quizá resulte algo común para muchos de los aficionados a los blogs, pero para mis amigos el tener tantos ordenadores, y llevar uno casi siempre encima, es motivo para calificarme de raro. Me han llamado así alguna vez: el «friki».
-Adoro los móviles. Y, siguiendo con el hilo de lo anterior, muchos pensaréis: ¿eso es raro? Lo es el hecho de ser un geek y odiar hablar por teléfono. Bueno, odio es poco: le tengo pánico. Tanto que he perdido multitud de citas por no llamar a quien tenía que llamar.
-Juego a saltar baldosas. Lo reconozco: sigo saltando las baldosas de colores como cuando era un niño. Parece absurdo pero me he encontrado más de una vez pegando brincos por la calle con tal de no pisar un determinado trozo de suelo. Y no por que sea una manía.
-Siempre llevo una libreta. Tampoco sería tan extraño, dado que me gusta escribir. Lo raro es que lo apunto todo en el móvil, sabiendo que la llevo sin motivo. He llegado a acarrear dos en la misma cartera, con el peso de más que eso representa.
-Hablo muy bajo. Lo cual es un problema en los entornos tan ruidosos en los que habitualmente nos movemos. Puede que sean mis cuerdas vocales, aunque creo que más bien es una manía: odio mi voz. También podría ser provocado por mi timidez, extrema en muchos casos.
-Soy extremadamente calculador. Podría ser una virtud pero el hecho de comprobar las múltiples variantes de cada situación cotidiana de forma constante raya casi la enfermedad. Incluso hasta para despedirme necesito encontrar la manera más adecuada.
-Juego con las matrículas. Y es que he de reconocer que en muchos aspectos sigo teniendo diez años. ¿Quién no ha jugado a buscar palabras con las letras de las matrículas? Yo lo hago constantemente. Tanto que he estado a punto de comerme algún coche más de una vez.

Tendría muchas extrañezas más pero tampoco quiero quedar a la altura del betún. Lo dejaré para próximas entradas.
Que siga el meme quien le apetezca.