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Diez consejos para sobrevivir a San Valentín.

Se acerca ese día, se nota en el ambiente. ¿En qué? Fácil. La publicidad nos lo recuerda a cada momento, en el aire flota un azúcar que lo endulza todo, las mujeres tienen fantasías con bombones (y no sólo con los que salen en las películas de Hollywood), las indirectas se hacen constantes… Y la mayoría de los hombres ignoramos la importancia de este día, u olvidamos el día en sí. Así que, para que no tengas que soltar la típica excusa de «San Valentín sólo es una fecha para sacar dinero», aquí van unas cuantas ideas para salir victorioso de la fatídica fecha.

 

Aparenta que se te ha olvidado y luego dale una sorpresa. No falla. De sopetón, cualquier regalo aumenta de importancia. Sí, aunque te hayas limitado a coger la rosa de algún parque cercano.
-El valor del regalo no es lo más importante. Aunque a veces ayuda, para que nos vamos a engañar. Siempre te dirán que la intención es lo que cuenta, pero tú prueba a decirle: «yo quería traerte algo, en serio. Pero al final no compré nada». A ver que pasa.
-Escribe una buena dedicatoria. Así siempre compensará si el regalo no termina de convencerle. Y aléjate de las vulgaridades: nunca funcionan («En este día especial, no pude comprarte una joya. Y para no quedar mal, aquí tienes mi p…).
-Vigila el valor del regalo. Parece absurdo pero, si sobrepasas el precio de lo que acostumbras a regalar, parecerá que lo que buscas es arrepentirte de algo. Y no querrás dar explicaciones un San Valentín. ¿Verdad?
-Aprovecha la reconciliación. Ya se sabe qué es lo mejor de las peleas de pareja así que, si es éste tu caso, aprovecha este San Valentín para reconciliarte. Hay muchos motivos para ello, no creo que tenga que recordarlos…
-Valora bien sus gustos. Parece algo obvio, pero ya se sabe que, como hombres que somos, llevamos el despiste de serie. Regalarle una PS3 está bien si lo que queremos es quedar bien con nosotros mismos. Regalar bombones a alguien que está haciendo régimen tampoco es muy adecuado…
-San Valentín es un buen día para contar noticias. ¿Se te ocurre alguno mejor para confesarle que te quieres casar con ella/él? Sin duda sería el colofón a la mejor noche romántica (y a la libertad de soltera/o). Eso sí: las noticias malas, mejor al día siguiente. San Valentín no congenia con las rupturas.
-¿No tienes pareja? Aprovecha para encontrarla. San Valentín es como una discoteca a las cinco de la mañana: el que está libre también está desesperado. Adelante: el regalo con nota misteriosa siempre triunfa.
-Hazle ver que es lo más importante en tu vida. El amor es absorvente, eso ya lo sabemos. Y otra de sus características es que resulta exclusivo, lo quiera el otro miembro de la pareja o no. San Valentín es el peor día para provocar celos. Eso sí: es el día en el que hacen más daño (¿alguien ha dicho venganza?).
-San Valentín tiene la importancia que la pareja quiera darle. El amor tiene tantas caras como personas y, aunque se les pueda maquillar para que parezcan otras, lo que realmente importa es lo que hay debajo. En la ropa interior no, en el corazón.

 

Quedan pocos días para la fecha más rosa del calendario y algo en nuestro interior se remueve cuando pasamos ante un escaparate. Puede que sea la cartera o tal vez sea el corazón, pero ambos tienen algo en común: despiertan emociones. Y si lo tuyo es amor, no lo dudes: házselo saber a tu media naranja. Incluso las más ácidas se reservan un toque dulce.


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