Ya hace mucho tiempo que en Aletreando no publicaba una selección de los anuncios y carteles que me voy encontrando por la calle y que, por una u otra cuestión, me han resultado tan curiosos que me los he llevado a casa para su posterior análisis, y hoy ha llegado ese día. Hay carteles extraños que no se perciben como tales hasta que no les pasas la lupa por la letra más pequeña. Y yo he hecho eso mismo con los tres que paso a detallar a continuación. Casi como el clásico juego de «encuentra las diferencias» pero sin otro parecido para compararlos.

Empezaremos con el primero. Es un cartel encontrado cerca de L’auditori, en Barcelona.

Si seguís Aletreando conoceréis este cartel, fue el punto de partida de una historia que aún está pendiente de finalizar. Y sobre el anuncio… Me parece curiosa la acumulación de faltas pero, sobre todo, la sentencia final: «lo que haga falta». Por desgracia, cualquier trabajo entra dentro de esta categoría y espero que haya tenido suerte con el cartel y con las labores que le hayan ofrecido.

El siguiente anuncio es similar al anterior. Lo fotografié cerca de la Meridiana, en Barcelona.

Quizá suene pedante, pero lo cierto es que la ortografía es tan dolorosa que casi parece que te caiga encima todo el diccionario de la Real Academia. Espero que con los niños sea más «responsavle» que con la escritura.

Y de este último cartel poco hay que decir, ya se explica bien él solito. lo encontré en el lavabo de un bar en , Madrid.

Suficientemente explícito como para añadir muchos más comentarios. El dueño del bar debía de estar algo enfadado con la vejiga de sus clientes. O con su educación, quién sabe. Seguro que en más de una ocasión habría llamado a Franco para que le inaugurase el «pantano»…