-Perdone pero… le llaman al móvil.
-No es el móvil, son mis tripas.
-Caramba, pensé que tenía el sonido de un tigre como tono de llamada.
-Es que todavía no me ha dado tiempo de comer.
-Pero… son las seis.
-Hoy he tenido un día muy ocupado.

…

-En serio, vaya a comer algo. Ese ruido me preocupa.
-Tranquilo, no tengo tanta hambre como para comerle.
-No lo decía por eso, ya me imagino que usted no es caníbal.
-Hombre. Si tuviera que comerme a alguien empezaría con la chica tan guapa que tenemos enfrente.

…

-Vaya, parece que la chica se ha molestado: acaba de bajarse en esta estación.
-Y no me extraña: vamos en un tren, le habrá escuchado todo el vagón. Y no sólo a sus tripas.
-Pues ahora que se ha ido la chica, y mirándole de frente, no estaría tan mal empezar por usted.

…

-Qué bien he hecho poniéndole al móvil el rugido de un tigre. Con lo que a mí me gusta viajar solo…