Infimocuentos: el repartidor de flores.

Sebastián era un enterrador de tercera generación dedicado en exclusiva al cementerio de un pequeño pueblo de montaña. La única herencia que había tenido de sus padres era aquel oficio extraño que desde siempre le había obligado a ser un solitario. Pero eso encajaba con su carácter. Jamás había tenido la necesidad de entablar conversación …

Continuar leyendo