Excusas para la reconciliación – Relato.
-¿No te parece que nuestra vida es algo monótona?
-¿Monótona? ¿A qué te refieres?
-A que siempre hacemos lo mismo. Del trabajo a casa, cenar, dormir… El fin de semana es aburrido…
-A mí me gustan los fines de semana.
-Claro, por que no trabajas. Pero hace mucho tiempo que no vamos al cine o a algún restaurante. Sólo nos quedamos en casa y no hacemos nada.
-Precisamente es lo que yo necesito tras una semana entera trabajando duro: no hacer nada.
-Pues yo necesito mucho más que eso. ¡Quiero sentirme viva!
-Y conmigo ya no te sientes así…
-No es eso.
-¿Entonces?
-Es que… Quisiera sentir que nuestro amor es como al principio de conocernos.
-Como si las sensaciones fuesen completamente nuevas…
-¡Eso! Como una reconciliación tras haber discutido.
-Entiendo lo que quieres decir pero me temo que eso es imposible.
-¿Y si discutimos?
-¿Cómo?
-Pues eso. ¿Porqué no discutimos?
-¿Para reconciliarnos?
-Sí.
-Pero… Nos llevamos bien. No hay razón para discutir.
-Pues habrá que encontrarla. Por el bien de nuestra relación.
-¿Estás segura de lo que dices?
-Completamente.
-Está bien. A ver… Bueno. Este fin de semana no voy a ir casa de tus padres.
-¿Y eso?
-He quedado el sábado con mis amigos para tomar unas cervezas. Y vendré tan borracho que no podré mantenerme en pie.
-Ah.
-¿No vas a enfadarte?
-Me parece algo flojo para una buena reconciliación.
-Probaré con otra cosa… ¡Ah, sí! Sé que no querías pero me he gastado parte de nuestros ahorros en un ordenador portátil nuevo.
-Creí que habíamos acordado que guardaríamos ese dinero para la entrada del piso.
-Es que lo vi… Y no pude resistirme.
-Bueno. La verdad es que a los dos nos hacía falta para el trabajo.
-Yo desisto. Hoy no hay nada que hacer para cabrearte.
-Déjame probar a mí. ¿Te acuerdas de Jaime?
-Como no me voy a acordar. Era uno de mis mejores amigos.
-Pues me lo encontré el otro día y fuimos a tomar algo.
-¿El otro día? No sería el martes…
-Sí. Y al final acabamos en su casa.
-¿¡Acabaste en casa de Jaime!?
-Sí. ¿Tienes celos? Podemos discutir sobre eso.
-Pero…Si yo también me encontré con Jaime. Y me dijo que el martes se había acostado con una tía tras llevarla a su casa…
-¿Eh?
-¡Se acostó contigo!
-Espera un momento, no he dicho nada eso.
-¿Me vas a decir que Jaime, con lo feo que es, ha estado con dos chicas el mismo día, enrollándose con otra que no eras tú?
-Tampoco es tan feo.
-Seguro que desnudo gana.
-¿Qué insinúas?
-No insinúo nada. Sólo afirmo que me pones los cuernos.
-Si te pusiera los cuernos sería mucho más feliz.
-Seguro. Por eso estabas tan contenta el martes.
-¿Quieres discutir sobre eso?
-¿Para ti todo esto es un juego?
-No, sólo un camino a la reconciliacióm.
-¿Necesitas acostarte con otros para reconciliarte conmigo? A mí me suena algo retorcido.
-Está bien, no debería de haberlo hecho. Yo sólo te quiero a ti.
-Pues yo ya no estoy seguro. Creo que ni siquiera te conozco.
-Va… Hagamos las paces.
-Ni de broma. Hemos terminado.
-Pero… Así no es como debería ser una buena reconciliación…
-Quizá no. Pero seguro que sí es una buena ruptura.
Comentarios
3 comentarios
Se la jugo un pocono?una mujer arriesgada,jajaja
Información Bitacoras.com…
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Sin dudas esté en el TOP 3 de las cosas que ninguno quiere escuchar de su pareja.
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