Infimocuentos: apariciones.

-Necesito una mujer con la que desfogarme -comentó en voz alta el caballero mientras descansaba en la orilla de un estanque. Su montura pastaba a escasos metros-. Todavía no conozco el fruto de lo prohibido –solo los sapos contestaban su discurso. Éstos, y su caballo, eran los únicos seres vivos que acompañaban al caballero-. Tengo …

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