Autoretrato en verso.
Como a una marioneta
a la que en un descuido
se le han cortado los hilos.
Así me siento.
Privado de alegría.
Sumido bajo el fango
del extremo aburrimiento.
¿Quién tiene culpa?
¿Seré yo quién se abandona
al insufrible tedio
que supone el no hacer nada?
Seguramente.
Es absurdo que proyecte
mis inútiles manías
contra los que me rodean.
Yo soy el culpable
de armar mis emociones
como un castillo de naipes.
Yo inventé el mundo fantástico
donde ningún rey
gobernase por derecho propio.
Ni tan siquiera yo mismo.
Y por eso soy tan inestable.
Nada me influye.
a la que en un descuido
se le han cortado los hilos.
Así me siento.
Privado de alegría.
Sumido bajo el fango
del extremo aburrimiento.
¿Quién tiene culpa?
¿Seré yo quién se abandona
al insufrible tedio
que supone el no hacer nada?
Seguramente.
Es absurdo que proyecte
mis inútiles manías
contra los que me rodean.
Yo soy el culpable
de armar mis emociones
como un castillo de naipes.
Yo inventé el mundo fantástico
donde ningún rey
gobernase por derecho propio.
Ni tan siquiera yo mismo.
Y por eso soy tan inestable.
Nada me influye.
3 comentarios
Comentarios
3 comentarios
Venga, ánimo.
Dentro de unos días verás que no es tan grave. 😉
Besos
Fue un pequeño bachecillo en vacaciones. Escribí para desahogarme y me apeteció publicarlo. A veces soy algo inestable. Que le voy a hacer.
«A veces soy algo inestable.»
¿Y quién no? ;D
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