Que se lo digan, sobretodo, a alguno que vaya tan ciego que no sepa ni donde se encuentra su ombligo, jajajaja
Un besazo
Chino Moreno
Jaja muy buena frase, al igual que el blog, llevo un rato leyendo, leyendo y no he parao de leer tu blog, me encanta, enhorabuena por tan buen log 😉
Madre mia cuantas verdades dices acerca de las hipotecas, yo estoy sufriendolo en silencio jejeje
unjubilado
Mas de uno en estas fiestas tendría que enseñar el carné para que le dijeran donde estaba su casa. Un saludo
Iván
La Navidad y los huecos en la memoria, Doña… Me parece que ambas cosas van unidas. Sobre todo cuando las juntamos con el cava. Je. Gracias, chino moreno. Creo que las verdades de la hipoteca son universales. El día en el que dejemos de sufrirlas en silencio el país se paraliza. Te acompaño en el sufrimiento… Eso sí todavía tenía la cartera, Jubi. Por que a más de uno le voló estas fiestas. Que hay que tener mala suerte para emborracharse, que te quiten la cartera y, encima, no encontrar tu casa. Un saludo!
Javier Menéndez Llamazares
Jajajaja qué bueno! Y qué a menudo suele pasar esto; a mí me ocurre con los idiomas: el alemán es sencillísimo… cuando ya lo dominas. Un abrazo.
Mariano Zurdo
Desde luego no siempre es sencillo saber dónde tiene la casa uno más allá de su propio cráneo…
Iván
Jo Javier. Encima políglota. Y de alemán nada menos… Si ya me lo decía mi madre: «niño tú estudia que llegarás a algo». 😀 Aquí tendría que haber puesto una canción que me vino a la mente. Aunque no tan graciosa… Pues no, Mariano. La casa de uno es tan personal… A veces vivimos donde no nos encontramos a gusto. Y volver a nuestra casa ya es imposible.
Evinchi
jjajjajaja.
….firmado…¿pulgarcito?. :))))
Ilión
Jajaja. En la tripita del bueeeeeeeeeeeey.
Muy bueno… tampoco es tan fácil saber dónde tiene uno su casa. Eso sí, una vez que la encuentras, la llevas contigo a donde sea.
Iván
No siempre lleva uno migas de pan, Evinchi. Y más al precio que va. Como para tirarlo por el suelo… Hasta dar de comer a las palomas ha subido de precio. Como los caracoles, Ilión. Allá donde vayas llévate a cuestas tu casa. podría ser una buena frase. Y, desde luego, una buena filosofía de vida. un beso!
Comentarios
10 comentarios
Que se lo digan, sobretodo, a alguno que vaya tan ciego que no sepa ni donde se encuentra su ombligo, jajajaja
Un besazo
Jaja muy buena frase, al igual que el blog, llevo un rato leyendo, leyendo y no he parao de leer tu blog, me encanta, enhorabuena por tan buen log 😉
Madre mia cuantas verdades dices acerca de las hipotecas, yo estoy sufriendolo en silencio jejeje
Mas de uno en estas fiestas tendría que enseñar el carné para que le dijeran donde estaba su casa.
Un saludo
La Navidad y los huecos en la memoria, Doña… Me parece que ambas cosas van unidas. Sobre todo cuando las juntamos con el cava. Je.
Gracias, chino moreno. Creo que las verdades de la hipoteca son universales. El día en el que dejemos de sufrirlas en silencio el país se paraliza. Te acompaño en el sufrimiento…
Eso sí todavía tenía la cartera, Jubi. Por que a más de uno le voló estas fiestas. Que hay que tener mala suerte para emborracharse, que te quiten la cartera y, encima, no encontrar tu casa.
Un saludo!
Jajajaja qué bueno!
Y qué a menudo suele pasar esto; a mí me ocurre con los idiomas: el alemán es sencillísimo… cuando ya lo dominas.
Un abrazo.
Desde luego no siempre es sencillo saber dónde tiene la casa uno más allá de su propio cráneo…
Jo Javier. Encima políglota. Y de alemán nada menos… Si ya me lo decía mi madre: «niño tú estudia que llegarás a algo». 😀 Aquí tendría que haber puesto una canción que me vino a la mente. Aunque no tan graciosa…
Pues no, Mariano. La casa de uno es tan personal… A veces vivimos donde no nos encontramos a gusto. Y volver a nuestra casa ya es imposible.
jjajjajaja.
….firmado…¿pulgarcito?. :))))
Jajaja. En la tripita del bueeeeeeeeeeeey.
Muy bueno… tampoco es tan fácil saber dónde tiene uno su casa. Eso sí, una vez que la encuentras, la llevas contigo a donde sea.
No siempre lleva uno migas de pan, Evinchi. Y más al precio que va. Como para tirarlo por el suelo… Hasta dar de comer a las palomas ha subido de precio.
Como los caracoles, Ilión. Allá donde vayas llévate a cuestas tu casa. podría ser una buena frase. Y, desde luego, una buena filosofía de vida.
un beso!
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