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Algo parecido a un soneto: el curro.

Cuando el fin de semana termina
y empieza la jornada laboral
mi mente se entretiene en pensar:
¿para qué matarse en la oficina?

¿Tantas carreras, estrés, madrugones,
compensan esta basura de paga
que, con avaricia, el banco se traga
acribillándome a comisiones?

Pero todo lo que odio del trabajo
no compensa la idea de dejarlo
ignorando lo bueno que me trajo.

Tengo hogar y muebles con que llenarlo.
Un perro y un hijo con desparpajo.
Y da tanto miedo la cola del paro…


Comentarios

2 comentarios

Verónica

Qué razón llevas! Yo todavía no me he visto en la situación pero más de uno se identificará, seguro, con lo que has escrito.

Y merece la pena buscar un curro mejor o un sueldo mejor si lo demás se viene abajo?

Un saludo

Iván

Yo no estoy completamente identificado aunque sí se me acerca el último verso del poema. El único que se escapa a la rima. Y es que tenía que colarlo…
Creo que siempre hay que buscar algo mejor. Conformarse con lo que tenemos no suele ser la mejor opción. Lo aceptable sería mezclarlo con algo de ambición.


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