Se acerca el día en el que el amor centra por completo cada uno de sus minutos y, aunque siempre digamos que el consumo ha contaminado cualquier resquicio romántico, siempre queda espacio para abandonarnos en los brazos de nuestras parejas deseando que el tiempo no se lleve todas esas sensaciones que encontramos en ellos. Un detalle siempre resulta agradecido, unos bombones son perfectos para degustar en compañía, unas palabras son las más adecuadas para demostrar nuestros sentimientos… ¿Y cuándo no salen con la precisión que deseamos? Siempre podemos recurrir a dedicatorias como las que vienen a continuación.

-No eres la única persona del mundo pero sí en la que pienso cada vez que piso sus calles. Sin ti cualquier ciudad es un desierto.
-Los días como este no tendrían sentido si no estuviese contigo. El resto del calendario tampoco.
-Yo no pedí enamorarme pero sí deseé que lo hicieras tú y, por fortuna, al final fue de mí. Jamás tendré semejante suerte.
-¿Qué sentido tiene el amor para alguien que no se ha enamorado? El mismo que despertarme una mañana y no encontrarte a mi lado.
-Los años pasan y sólo nuestro amor rejuvenece.
-La belleza es tan relativa que cualquier otra mujer me parece fea.
-Llamaste a mi puerta y eso que hace años que quité el timbre.
-Jamás he creído en el amor y a partir de este momento sólo creeré en ti.
-Si el sexo se reservase a los dioses yo sería un simple mortal con suerte.
-El amor me ha abierto los ojos y sólo quiero cerrarlos para besarte.

Unas palabras bonitas no compensan un año de silencio, pero siempre es mejor que permanecer callado.