Infimocuentos: un susto de amigo.

-¡BUUUUU! El chico, lejos de asustarse ante aquella extraña aparición, le preguntó con curiosidad. -¿Quién eres tú? ¿Y qué haces en mi casa? -¿No te he asustado? -le preguntó el fantasma claramente frustrado. Parecía no poder aguantar el llanto-. ¿Ni siquiera un poco? Y rompió a llorar desconsoladamente. Las lágrimas brotaban de sus traslúcidos ojos …

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