Soledad y migas de pan.

-¿Qué es lo que haces?El niño se acercó hasta donde estaba sentada la anciana y ésta, imperturbable, continuó alimentando a las palomas.-¿Por qué les das de comer? –el niño se subió al banco sentándose junto a la mujer-. ¿Tienen hambre?-Supongo que sí –la anciana giró la cabeza mirándole con calma. Su cara rechoncha apenas tenía …

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