Flechazo en las escaleras.

David salió del vagón de metro dispuesto a hacer el trasbordo sin que el tiempo, ni el resto de los viajeros que pululaba por el andén, le dieran tregua para tomarse con tranquilidad la distancia que separaba las dos líneas metropolitanas. Miró el reloj. «Las seis y cuarto», pensó. «Llego tarde, llego tarde». Giró a …

Continuar leyendo